El Concejo Deliberante de Rosario de Lerma: un año marcado por la desilusión y la inacción.

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El 2024 quedará en la memoria de los vecinos de Rosario de Lerma como un año de pocas acciones concretas y demasiadas palabras vacías. El Concejo Deliberante, en lugar de ser el espacio donde se escuchan y resuelven las necesidades de la comunidad, ha estado envuelto en una dinámica que deja mucho que desear. Los debates que deberían centrarse en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos han sido reemplazados por discusiones triviales y, en muchos casos, carentes de relevancia.

El deterioro en la calidad del debate público es innegable. Los concejales, lejos de enfocarse en los verdaderos problemas que enfrenta la ciudad, parecen concentrados en una agenda de asuntos irrelevantes que relegan las prioridades de Rosario de Lerma a un segundo plano. Temas cruciales como infraestructura, seguridad, servicios públicos y oportunidades laborales han quedado fuera de la agenda legislativa, mientras que las sesiones del Concejo se convierten, cada vez más, en un espectáculo que roza el absurdo.

La política del «Topismo»: Una voz única sin cuestionamientos

En este contexto, el llamado «Topismo» —la gestión encabezada por el intendente Sergio «Topo» Ramos— ha consolidado su hegemonía sin encontrar resistencia alguna en el ámbito legislativo. Las decisiones se toman en su círculo más cercano, y el Concejo Deliberante se limita a validar sin cuestionamientos cada propuesta que llega desde el Ejecutivo. Esto no solo refleja una falta de autonomía institucional, sino también una preocupante ausencia de voces críticas que enriquezcan el debate y aporten nuevas ideas.

La sensación de abandono y desilusión entre los vecinos es palpable. En un año marcado por el estancamiento y la falta de propuestas concretas, la ciudadanía observa cómo el órgano legislativo, que debería ser el puente entre el pueblo y las autoridades, se convierte en un espacio de promesas incumplidas y discursos vacíos.

El Concejo Delirante: Entre «boludeces» y problemas ignorados

La ironía de muchos vecinos al referirse al cuerpo legislativo como «Concejo Delirante» no es casual. La falta de seriedad en los temas tratados y la poca disposición para abordar cuestiones urgentes han convertido al recinto en un escenario alejado de las necesidades reales de Rosario de Lerma. Es lamentable que los discursos constructivos hayan sido reemplazados por «boludeces», mientras los problemas estructurales de la ciudad permanecen sin solución.

La degradación de la política salteña: Una bandera que flamea en Rosario de Lerma

El caso del Concejo Deliberante de Rosario de Lerma no es un hecho aislado; es un reflejo de la degradación que atraviesa la política en general. La falta de interés por los temas de fondo y la constante postergación de las verdaderas prioridades son una constante en distintos niveles de gobierno. Sin embargo, la gravedad de esta situación se siente más profundamente en localidades como Rosario de Lerma, donde los vecinos no solo perciben el abandono, sino también la falta de voluntad política para revertirlo.

Un llamado a la reflexión

El 2024 deja un sabor amargo en Rosario de Lerma. La comunidad merece un Concejo Deliberante que esté a la altura de las circunstancias, que trabaje de manera comprometida en las problemáticas que afectan a todos y que sea un espacio donde las decisiones se tomen pensando en el bienestar colectivo. Es necesario que los concejales recuperen el rumbo, retomen la seriedad en el debate y dejen de lado los intereses personales para construir una ciudad mejor.

Si algo queda claro al finalizar este año, es que Rosario de Lerma necesita una renovación política, no solo en sus caras visibles, sino también en su forma de hacer política. La comunidad no puede seguir siendo espectadora de un espectáculo que no aporta soluciones, sino que perpetúa la desilusión y el abandono.