En Rosario de Lerma, la política se convirtió en una estafa cíclica. Se repiten las mismas caras, los mismos discursos vacíos y las mismas promesas que nunca se cumplen. La reciente ola de despidos de más de 60 empleados municipales lo confirma: trabajadores que militaron para Minetti y el “Topo” Ramos quedaron en la calle apenas pasaron las elecciones.
No se trata de sorpresa, sino de una práctica sistemática: usar la necesidad de la gente para fines electorales. ¿La promesa? Te contrato si hacés campaña. ¿El resultado? Un contrato no renovado y una familia sin ingresos. Mientras tanto, los funcionarios siguen cobrando sus sueldos, sin mover un dedo por el desarrollo local.
Los funcionarios que no están a la altura. «Voluntariosos pero inútiles: el atraso no es casual.»
El drama laboral de Rosario de Lerma no tiene una raíz técnica, tiene nombre y apellido: la ineptitud de sus dirigentes. Ramos, Minetti y la clase política actual han demostrado que no tienen ni la voluntad ni la capacidad de generar empleo genuino. Solo apuestan a la precarización: capacitaciones sin valor, planes sociales, trabajo informal, y promesas eternas.
El pueblo está atrapado. No hay empresas nuevas, no hay incentivos para emprendedores, ni siquiera existe una cooperativa agrícola que agrupe a productores y artesanos. Rosario de Lerma vive del Estado, y el Estado está manejado por una dirigencia que solo sabe hacer campaña, no gobernar.
Los funcionarios que no están a la altura. «Voluntariosos pero inútiles: el atraso no es casual.»
Los libertarios locales, que prometían ser una alternativa, se diluyen sin propuestas. Y la oposición más activa —la que empieza a organizarse en silencio— aún teme los “aprietes” del oficialismo. Mientras tanto, más del 70% del pueblo le da la espalda a Ramos, pero todavía no encuentra una opción clara que lo reemplace con firmeza.
El 2027 puede ser el año del cambio, si se construye desde hoy una alternativa real, con gestión, compromiso y visión de futuro. Si no se invierte en generar empleo genuino, si no se impulsa la economía local con políticas serias y sostenidas, Rosario de Lerma va a seguir siendo un pueblo sin oportunidades y con miles de sueños rotos.
