Club Huaytiquina nuevamente enfrenta una amenaza de embargo por mala administración.

Club Huaytiquina campo quijano

El Club Unión Huaytiquina de Campo Quijano, uno de los pilares deportivos de la comunidad, se encuentra nuevamente en el centro de una situación crítica: un embargo superior a los $3.700.000, gestionado por el abogado Ramiro Ulivarri, amenaza con llevar al club a un remate inminente. Esta situación, lejos de resolverse, pone en evidencia la importancia de que tanto los clubes como las ciudades sean dirigidos por personas competentes en su administración y no por fanáticos voluntariosos sin experiencia en gestión.

El conflicto legal tiene sus raíces en un viejo litigio por la presidencia del club entre Jorge Figueroa y Oscar Francisco «Chochi» Ríos, un enfrentamiento que dejó heridas profundas en la institución. A pesar de los esfuerzos realizados en 2022, cuando el club y la provincia realizaron un gran desembolso económico para frenar un primer embargo, el litigio aún sigue su curso silencioso. Los responsables de aquella disputa, que se declararon insolventes, han dejado al Club Huaytiquina como el único perjudicado, con una deuda que no cesa de crecer.

En septiembre de este año, Ulivarri logró la inscripción definitiva de un embargo en la Dirección General de Inmuebles de la provincia, por un monto de $3.770.000, dividido en dos ítems: uno de $2.900.000 y otro de $870.000. Este embargo, de no frenarse a tiempo, podría derivar nuevamente en el remate de los bienes del club, lo que generaría consecuencias devastadoras para la institución centenaria.

Este panorama plantea una reflexión importante: al igual que una ciudad, un club debe estar bajo la dirección de personas capacitadas y responsables. La pasión por el deporte no basta para garantizar el éxito de una institución. Se requiere de conocimientos en administración, manejo de recursos y la capacidad de anticiparse a problemas financieros y legales, algo que, en este caso, ha estado ausente en la conducción del Club Unión Huaytiquina.

La falta de una gestión adecuada no solo ha puesto en peligro el patrimonio del club, sino que también ha afectado su misión de promover el deporte y el bienestar de la comunidad de Campo Quijano. La amenaza del remate es una prueba más de que las decisiones impulsivas y la falta de profesionalismo pueden llevar a las instituciones, sin importar su historia o importancia, a situaciones límite.

El futuro del Club Unión Huaytiquina depende, ahora más que nunca, de que se tomen medidas urgentes y responsables para resolver esta crisis. No basta con el entusiasmo de sus miembros o el cariño de los hinchas; se necesita una gestión competente, capaz de devolverle la estabilidad y evitar que las malas decisiones del pasado sigan poniendo en riesgo su existencia.