Es poco ético y hasta una traición abandonar el cargo para el que fueron electos.

En una democracia, la voluntad del pueblo es fundamental. Los ciudadanos eligen a sus representantes para que los gobiernen y tomen decisiones en su nombre. Por lo tanto, respetar el mandato popular y su duración es esencial para mantener la integridad de cualquier sistema político. Es crucial destacar la importancia de que los funcionarios electos cumplan con sus obligaciones hasta el último día de su gestión. Algo que no esta pasando en Rosario de Lerma.

El cargo de concejal o intendente conlleva una gran responsabilidad. Los ciudadanos depositan su confianza en estos líderes políticos, quienes deben tomar decisiones en beneficio de la comunidad. Independientemente de los resultados de las elecciones, es necesario recordar que si alguien fue elegido, es porque en algún momento contó con el respaldo y la aprobación de los votantes. Por lo tanto, es crucial que los funcionarios electos honren ese respaldo y cumplan con el mandato otorgado por el pueblo hasta el ultimo día a pesar de haber perdido las elecciones.

Es común en la política Argentina, al igual que en muchos otros países, que los funcionarios electos se enfrenten a elecciones periódicas. A veces, estos líderes políticos pueden perder las elecciones y encontrarse en la posición de no ser reelegidos para continuar en sus cargos. Sin embargo, eso no justifica abandonar sus responsabilidades antes de tiempo.

Como ya lo planteó el Prof Mario Capalbi en #903Radio y en Fm Rosario 88.5 Mhz de Rosario de Lerma asistimos en silencio a la triste situación donde nuestro intendente electo en 2019 y los 9 concejales literalmente desaparecieron luego de las elecciones del 14 de Mayo pasado donde todos perdieron el apoyo popular.

Uno de los principios fundamentales en el ejercicio de un cargo público es la ética. Como dijo alguna vez el célebre político argentino Raúl Alfonsín, «La política es ética o no es nada«. Los ciudadanos esperan que aquellos a quienes eligen para gobernar actúen con integridad y se mantengan comprometidos con sus responsabilidades hasta el último día de su mandato. Es poco ético y hasta una traición abandonar el cargo para el que fueron electos.

En ese sentido, el político argentino Arturo Frondizi señaló: «Ser gobernante es un honor, no un botín de guerra«. Esta frase resalta la importancia de comprender que el servicio público no es solo una oportunidad para obtener beneficios personales, sino un compromiso con la comunidad y el bienestar general. Los políticos deben recordar constantemente que su posición es un privilegio otorgado por la confianza del pueblo y, por lo tanto, deben cumplir con su deber hasta el último día de su gestión.

El respeto por el mandato popular y el cumplimiento de las obligaciones hasta el final son pilares fundamentales de una democracia sólida. En Argentina, al igual que en cualquier otro país, es esencial que los funcionarios electos comprendan la importancia de honrar la voluntad del pueblo y actuar en consecuencia. Solo a través del respeto a la democracia y a la confianza depositada en ellos podrán fortalecer la credibilidad y la legitimidad del sistema político en su conjunto.

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