La Liga del Valle. Los clubes No pagan ni luz ni agua pero están fundidos igual.

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Recientemente, los clubes de la Liga del Valle de Lerma fueron informados sobre un subsidio que cubrirá un porcentaje de sus facturas de luz y agua, una medida que busca aliviar la precaria situación económica de estas instituciones. Pedro de los Ríos, Gerente de Usuarios del Ente Regulador, visitó las instalaciones de la liga para explicar los requisitos para acceder al subsidio, lo que incluye actividades sociales y la presentación de documentación. Sin embargo, este “alivio” económico, lejos de ser una solución, expone una serie de problemas estructurales que afectan a los clubes de la liga, problemas que ninguna ayuda gubernamental parece resolver.

Una Realidad Inconveniente: ¿Dónde Está el Dinero de los Clubes?

A pesar de este subsidio, resulta paradójico que los clubes sigan en estado de bancarrota. En teoría, las instituciones deportivas deberían ser capaces de generar ingresos suficientes a través de cuotas de socios, eventos y actividades deportivas. Sin embargo, los clubes de la Liga del Valle están tan endeudados que ni siquiera pueden cubrir servicios básicos como la luz y el agua sin ayuda externa. Esta situación invita a cuestionar la transparencia y eficacia de la administración dentro de estas instituciones.

Se hace evidente que los ingresos generados no están siendo bien administrados. No se conocen balances claros, no hay información pública sobre cómo se gestiona el dinero y, en muchos casos, ni siquiera se rinden cuentas a los socios. ¿Cómo es posible que los clubes sigan operando con números en rojo pese a recibir un alivio en el pago de sus servicios? ¿A dónde va a parar el dinero que recaudan?

Subsidios como Parche a una Administración Deficiente

Este subsidio se presenta como una medida de ayuda, pero en realidad es solo un parche sobre una herida más profunda. Si bien el esfuerzo del gobierno provincial por apoyar a estas instituciones es loable, la falta de control y transparencia dentro de los clubes perpetúa la crisis. En lugar de buscar soluciones a largo plazo o implementar mecanismos de gestión responsable, los dirigentes de la Liga parecen depender de subsidios y ayudas gubernamentales para subsistir, sin ofrecer mejoras tangibles a sus socios ni aportar beneficios significativos a sus comunidades.

La presencia del Senador por Cerrillos Gonzalo Caro y del Intendente Enrique Borelli en la reunión de la Liga refleja el interés de la política en intervenir para “rescatar” a los clubes. No obstante, si la intervención política solo busca tapar el problema y no exigir una gestión más profesional y responsable, el subsidio no resolverá nada. Es momento de que los dirigentes dejen de mirar hacia afuera y tomen responsabilidad por el estancamiento que ellos mismos han generado.

Una Oportunidad Perdida para los Socios

Estos clubes deberían ser centros activos de deporte, cultura y comunidad. No obstante, los socios no reciben beneficios significativos, y sus aportes parecen perderse en una administración opaca y desorganizada. La falta de transparencia y la ausencia de elecciones democráticas contribuyen al deterioro de estas instituciones. Los clubes de la Liga del Valle están controlados por una “casta” de dirigentes eternos que, lejos de buscar el bien común, parecen más interesados en mantener sus posiciones.

Los socios, que deberían ser los verdaderos beneficiarios de estos clubes, son relegados al último lugar en el orden de prioridades. En lugar de ser lugares vibrantes y llenos de vida, los clubes han perdido su capacidad de atraer y retener a la comunidad. Esto no solo afecta a los socios actuales, sino que también desanima a las nuevas generaciones que podrían ver en estos clubes una oportunidad de crecimiento y pertenencia.

Conclusión: El Subsidio No Basta – Es Necesaria una Reforma Profunda

Si la única “solución” a la crisis económica de los clubes de la Liga del Valle es la ayuda externa y los subsidios, entonces queda claro que el problema es mucho más profundo. Los clubes no están en crisis únicamente por falta de recursos; están en crisis por una administración que carece de transparencia, profesionalismo y responsabilidad. Los subsidios solo sostendrán la situación por un tiempo, pero no cambiarán el rumbo hacia un futuro sustentable y verdaderamente beneficioso para sus socios y la comunidad.

Es hora de que la Liga del Valle de Lerma revise sus prácticas y adopte una gestión transparente, democrática y orientada al servicio de sus socios. De lo contrario, estos clubes continuarán sumidos en una crisis permanente, dependiendo de parches temporales en lugar de soluciones reales. La comunidad merece clubes que sean ejemplos de buena administración y que ofrezcan beneficios a sus miembros, no instituciones atrapadas en una red de malos manejos y falta de visión.