Donde nace… y no sabemos si vive el carnaval. Me lleva el diablo.
A veces uno subestima la suerte del principiante, pero también es cierto que, la suerte puede desaparecer.
Quizás apoyado en la suerte del principiante Martínez, aprendiz de intendente, y su equipo de trabajo pudieron desenterrar el carnaval con cierto éxito; pero aquel eslogan “Rosario de Lerma: donde nace, vive y se entierra el Carnaval”, que tanto orgullo nos da a los que vivimos en esta ciudad, cada vez suena menos y sólo se oyen reclamos de los vecinos que con tanto sacrificio pagan para ir a disfrutar de los Corsos y a cambio solo obtienen desilusión.
Una integrante una murga humorística escribió en su muro de facebook: “Pésima organización de los corsos en Rosario de lerma !! Tanto tiempo de preparación, cumplimos con el horario, y aún así nos hicieron pasar a las apuradas, con la policía presionando, sin poder mostrar al público nuestra presentación… el mal rato que nos hicieron pasar ayer nunca se nos va a olvidar pero le pusimos las ganas que se necesitaban”. Y es que otra vez la des-organización fue la principal protagonista en la noche de los corsos rosarinos. Un sonido que tampoco pudo cumplir con las expectativas ni del público ni de los integrantes de las agrupaciones.
Es hora de replantearse muchas cuestiones desde el sistema de sonido y amplificación hasta los animadores, que no parecen estar a la altura de las circunstancias. Tal vez sería productivo que las decisiones las tome el mismo intendente y no otra persona, ya que los vecinos dicen que eligieron “un Intendente” y no “una intendenta”.
Aún queda medio camino por recorrer, es hora de buscar experiencia e idoneidad y no seguir probando con la suerte, porque entonces ni el pacto (contrato) que Martínez firmó con el diablo salvará al Carnaval.