El Ogro debería estar en el zoológico encarcelado y no gobernando. Maltrato Municipal.

Sergio Topo Ramos

Desde su llegada al poder en Rosario de Lerma, Sergio «Topo» Ramos ha sido objeto de intensas críticas y controversias. Su gestión ha suscitado una ola de descontento que se refleja en su persistente imagen negativa, la cual supera el 70% en todas las encuestas de #903Radio. Este porcentaje coincide con el número de ciudadanos que no lo votaron en las elecciones, donde se consagró intendente con apenas el 27% de los votos, evidenciando un mandato que, desde sus inicios, no ha gozado del respaldo mayoritario de la población.

Los relatos de los ciudadanos pintan un cuadro sombrío de Rosario de Lerma bajo la administración de Ramos. La decepción es palpable en cada esquina del pueblo, y las voces de quienes alguna vez confiaron en él ahora resuenan con un tono de traición y desencanto. Uno de los antiguos colaboradores de Ramos confesó: «El topo nos vio la cara y yo siento vergüenza hacia la gente que le decía el topo va hacer las cosas bien«. Este sentimiento de desilusión se ha convertido en una constante en la vida diaria de los rosarinos.

La gestión de Ramos también ha sido acusada de maltratar a los empleados municipales y de crear un ambiente de trabajo tóxico. En el sector de obras públicas, la situación es particularmente tensa, con denuncias de abuso verbal y ninguneo por parte del intendente. La falta de proyectos de infraestructura en curso agrava aún más el panorama, dejando a Rosario de Lerma estancada en un estado de deterioro y postergación.

La relación de Ramos con Enrique Martínez, ex intendente, ha sido otro punto de controversia. La creciente presencia de gente asociada a Martínez en la municipalidad sugiere un pacto que muchos ven con desconfianza. Además, la jefa de personal ha sido señalada por fomentar un ambiente hostil, contribuyendo al maltrato y al destrato hacia los empleados municipales.

El malestar no se limita a los lso vecinos en general, trabajadores municipales sufren. Áreas como Tránsito, Cultura y Guardia Urbana también han sido víctimas de los gritos y malos modos del intendente. Es común ver a mujeres en lágrimas a la entrada de la municipalidad, víctimas del abuso verbal y la intimidación constante. Los sindicatos de empleados municipales, que deberían ser un bastión de apoyo para los trabajadores, han brillado por su ausencia, dejando a los empleados sin protección ante estos reiterados abusos.

La situación en Rosario de Lerma bajo la administración de Sergio «Topo» Ramos es alarmante. Las leyes que amparan a los trabajadores ante el maltrato parecen ineficaces en un contexto donde el miedo a represalias impide que las denuncias salgan a la luz. Ramos, lejos de ser el líder que muchos esperaban, ha mostrado un rostro autoritario y despectivo, aprovechándose de las necesidades de la gente para consolidar su poder.

En conclusión, la gestión de Sergio «Topo» Ramos en Rosario de Lerma parece encaminada hacia un inevitable deterioro. Los ciudadanos merecen un liderazgo que respete y valore a su gente, que trabaje por el bien común y que no se escude en el abuso de poder. Es imperativo que se tomen medidas para garantizar un ambiente laboral saludable y un gobierno que realmente represente los intereses de la comunidad. La recuperación de Rosario de Lerma solo será posible cuando sus líderes comprendan que el respeto y la dignidad de cada ciudadano son fundamentales para el progreso de cualquier sociedad.