Rosario de Lerma, ¿camino a convertirse en un pueblo fantasma? …

sergio topo ramos rosario de lerma

En Rosario de Lerma ya no se habla de futuro. Se improvisa, se maquilla, se inaugura lo mínimo y se festeja lo mediocre. La falta de dinamismo económico y la ausencia total de inversión privada marcan el presente de un municipio que, si no reacciona a tiempo, se encamina a convertirse en un pueblo fantasma.

El modelo económico local no existe. Desde el Ejecutivo municipal solo se impulsa la venta callejera de «salchipapas», ferias improvisadas de ropa usada y eventos que solo generan ingresos efímeros. No hay políticas públicas serias, no hay proyectos que fomenten la llegada de empresas, ni siquiera una hoja de ruta que mire más allá del próximo evento cultural. El problema es grave, y lo será aún más si las únicas dos grandes empresas que aún sostienen parte del empleo formal —Curtiembre Arlei y Massalin Particulares— deciden replegarse por razones económicas. ¿Qué pasaría si mañana esas empresas se van? ¿Qué quedaría de Rosario de Lerma?

La respuesta asusta. Nada.
En este contexto, Salta se convirtió en la segunda provincia del país con mayor pérdida de empleo formal, según los datos de abril de 2025 del Ministerio de Capital Humano. En solo un año, se perdieron más de 3.400 puestos de trabajo, y el empleo asalariado privado cayó un 4,7% interanual en Salta. El impacto se siente con fuerza en ciudades como Rosario de Lerma, donde ni la senadora ni los diputados han logrado plantear una sola iniciativa seria para atraer inversiones genuinas.

Sin trabajo, sin futuro y sin gestión: Rosario de Lerma pide un cambio real.
Concejales en silencio: Rosario de Lerma sin control ni oposición.

Lamentablemente, la gestión de Sergio «Topo» Ramos —que acumula casi 30 años como intendente en distintos mandatos— sigue sin demostrar capacidad para revertir esta decadencia. En lugar de planificar, se celebra la apertura de un galpón de convenciones o se instalan juegos tubulares como si eso pudiera reactivar la economía o atraer turismo. Basta de engaños: la economía informal no construye futuro, no genera riqueza ni estabilidad para las familias.

A esto se suma otro gran mito: la minería. Durante años fue utilizada como bandera de campaña, como promesa de desarrollo. Sin embargo, los datos desmienten el relato. Según el informe de Minería Sustentable Argentina, en los últimos meses se perdieron más de 1.900 empleos mineros, y en Salta la caída del sector ya suma siete meses consecutivos. No hay trabajo en la minería, y seguir repitiendo lo contrario es simplemente mentirle a la gente.

Los funcionarios que no están a la altura. «Voluntariosos pero inútiles: el atraso no es casual.»
Promesas rotas, mentiras y trabajo esclavo: el drama de los empleados públicos.

Hoy Rosario de Lerma ni siquiera es un pueblo de paso. La nueva ruta que unirá El Carril con Cerrillos y la Ruta 51 que conecta con la minería por Campo Quijano han dejado a Rosario completamente fuera del mapa. Y mientras otras localidades pelean por crecer, acá seguimos estancados, repitiendo fórmulas que fracasaron una y otra vez.

Es hora de levantar la voz. De exigir políticas reales, visión de futuro, gestión concreta. De dejar de conformarnos con panchos y globos. Rosario de Lerma necesita inversión, empleo genuino, planificación seria. O no tendrá futuro.