En el Consejo Deliberante de Rosario de Lerma, una situación preocupante ha vuelto a llamar la atención de los ciudadanos. Ayer, durante una sesión importante, el concejo estuvo incompleto debido a la ausencia de casi la mitad de los concejales, concretamente, cinco de ellos. Luego de más de un mes de vacaciones nuevamente no fueron a trabajar. Esta no es la primera vez que ocurre, ya que ocasionalmente siempre hay algunos ausentes, pero esta vez la cantidad de faltas fue particularmente significativa, lo que impidió que el cuerpo deliberativo funcione con normalidad.
Es importante aclarar que no se trata de un problema generalizado, ya que siempre hay algunos concejales comprometidos y presentes en sus funciones, pero el hecho de que una parte importante de ellos no cumpla con su deber representa un problema para la democracia y para la representación de la comunidad.
Es indiscutible que ser concejal es un trabajo voluntario. Los concejales, al igual que el intendente, presidente, gobernador, y otros cargos públicos, deciden postularse y asumir sus funciones por su propia voluntad. Durante sus campañas, prometen trabajar en beneficio de la comunidad y cuando son elegidos, se espera que cumplan con su palabra.
La falta de quórum en las sesiones y reuniones de comisión debido a estas ausencias impide el normal funcionamiento del Consejo Deliberante. Esto no es una cuestión de capricho, sino una regla fundamental de la democracia, ya que la toma de decisiones y la legislación requieren la presencia de la mayoría de los miembros.
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Es necesario resaltar que este comentario no está dirigido a aquellos concejales que estuvieron presentes y cumplieron con sus responsabilidades, sino a aquellos que decidieron no asistir a pesar de haber tenido tiempo de vacaciones. Es difícil de comprender cómo algunos pueden eludir sus obligaciones laborales, más aún cuando se trata de una función pública para la cual se ofrecieron voluntariamente.
La buena voluntad es una cualidad esencial en cualquier autoridad, ya que conduce a la bondad y la virtud en el servicio a la comunidad. Cuando uno trabaja libremente y con dedicación, se convierte en una persona virtuosa. Por el contrario, la falta de voluntad y responsabilidad en el trabajo conduce a un servicio deficiente y lamentable.
Es esencial que los ciudadanos reflexionemos sobre la importancia de elegir representantes con verdadera vocación de servicio y con la voluntad de trabajar en beneficio de todos. En las próximas elecciones, debemos ser conscientes de la trascendencia de esta decisión y elegir candidatos comprometidos y responsables.
En el caso de los concejales ausentes, es preocupante que justifiquen sus faltas y sigan cobrando su sueldo. Es un privilegio inaceptable el faltar al trabajo y aún así recibir un salario que proviene de los impuestos de los ciudadanos. Deben rendir cuentas a la comunidad y ser responsables de su ausencia.
En conclusión, es esencial que los concejales de Rosario de Lerma, así como cualquier representante público, asuman su rol con verdadera vocación de servicio y responsabilidad. La falta de quórum y la ausencia de voluntad para trabajar afectan directamente a la democracia y a los intereses de la comunidad. Esperemos que en el futuro, los ciudadanos elijan sabiamente y que los representantes electos cumplan con sus deberes para el bienestar de todos.
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